La escritora Marta Martín Girón nos presenta su novela Dama Blanca. Dama Blanca es el primero de una serie de tres libros de la autora que están siendo reeditados por Duomo ediciones tras ser autopublicado.
En una entrevista para Magas, Marta Martín Girón afirmaba que “Dama Blanca no fue mi primera novela; ni siquiera mi primer thriller. Durante mis inicios como escritora escribí varias novelas de distintos géneros literarios. Sin embargo, hubo un momento en el que comprendí que había llegado la hora de elegir”.
Con esa premisa y con un retraso de meses, puesto que esta entrevista se realizó en mayo de este mismo año, compartimos la conversación que tuvimos con la autora.
Hola Marta Martín Girón, ¿cómo estás?
Bien, aquí trabajando a COPE muy bien, con mucho estrés, pero muy bien. Estrés porque ahora estoy corrigiendo la segunda parte de Dama Blanca, o sea, Luna Roja. Igual no lo veas con este título porque quería hacer unos cambios y estoy ahí que me estoy tirando de los pelos, pero bien.
¿Cómo está siendo esa revisión?
¿La de la de Luna Roja? Bien, bien está semi intensa, ya te digo, pero bien, muy bien.
“Me gustaban todos los géneros”
¿Cómo va a ser esta continuación?
Diferente. Dama blanca surge después de un periodo de mucha reflexión. Empecé a escribir, autopubliqué mi primera novela en el 2014 y a partir de entonces yo tiré por esa vía autopublicando novelas.
He probado varios géneros. Empecé con desarrollo personal, luego romántica y luego ya me metí en misterios. Me gustaban todos los géneros porque si los había escrito, era porque me atraían cada una de ellos.
¿Pero qué pasa? Que llegó un momento que dije a ver, aquí tengo que tomar una vertiente y no sé cuál va a ser. Entonces, ahí me quedé bloqueada durante un largo periodo. Hubo mucha reflexión, mucho agobio, mucho estrés.
“Me autoimpuse mucha presión, lo que acabó por dejar de escribir una temporada”
Era, pues eso, una carga que me puse yo encima a mí misma, porque yo quería ya elegir un camino y no sabía cuál entonces. Fue tanto el estrés que dije, “Basta, date tiempo, y si durante un tiempo no escribes, pues crees que se le va a hacer”.
Eso es lo que hice, paré y cuando estábamos viendo y viniendo a la playa, porque yo vivo por la zona del Delta del Ebro. Aquí hay Mogollón de arrozales, es una zona de cultivo de arroz y cuando vas a la playa, pues era de día, y regalaba un paisaje de lo más espléndido y sereno.
Entonces, en ese camino de vuelta a casa, iba viendo como iba cambiando ese escenario de una manera muy rápida, empezaba a ser de noche y entonces, claro, yo me quedé mirando por la ventanilla y dije, “ostras, ¿cómo ha cambiado esto?”.
Cuando caía la noche se convertía en un aura así de misterio, de oscuridad, que podría ser un escenario perfecto para una novela de misterio, en un thriller. Entonces la cabeza voló y me imaginé a la chica allí tirada, entre los arrozales que estaba muerta. Y claro, de ahí surgió la idea de Dama Blanca. A partir de ese momento, la historia empezó a surgir por sí misma.
“Escribir se convirtió en mi refugio”
¿Además del arrozal, qué otros aspectos personales han reflejado en esta obra?
Por un tema personal, después de una enfermedad muy larga de mi madre, me refugié durante toda su enfermedad en los cuadernos que yo escribía. Me desahogaba, meditaba y trataba de entender los momentos que estaba viviendo. También quería identificar qué camino quería tomar profesionalmente, porque claro, yo lo que había estudiado no tenía nada que ver con las cosas que se me pasaban por la cabeza.
Empezaba a escribir en el cuaderno, pero sin ninguna expectativa, simplemente para desahogarme y punto. No fue hasta que después de que mi madre muriera, dije, “necesito darle una vuelta de tuerca a esto” y dejé el cuaderno en plan desahogo para empezar a escribir.
Me surgió la necesidad de escribir algo para el público, algo que le llegase a las personas y que de alguna manera le pudiera servir de ayuda todo lo que yo había vivido con mi madre, que pudiera repercutir en algo positivo.
Por eso empecé con desarrollo personal y claro, en el momento en que yo probé la escritura, dije, “yo no puedo dejar esto, o sea, he encontrado, he encontrado una vocación”.
Llegué entonces lo de dejar de escribir en ningún momento, por mucho bloqueo que tuviera, yo decía, “date tiempo”. Sí, es verdad que reflexionas, escribes en el cuaderno, tenía dos mil ideas, porque el tema no era un problema de falta de ideas. El problema era que tan pronto me venía una idea, me surgían otras simultáneamente y sin orden. Eso me obligó a tomarme un tiempo y ordenar mis prioridades.
“Me surgió la necesidad de escribir algo para el público”
Gracias por compartir esta historia personal, Marta Martín Girón. ¿Qué investigación has llevado a cargo para preparar los personajes policiales de esta novela?
Pues mira, precisamente parte de la investigación de la documentación procede de documentales. Anda que no aprendes con los documentales. Es increíble, y luego, en Internet te encuentras hasta como hacer una autopsia, o sea un examen 111, informe de autopsias.
Cuando lo vi pensé que había encontrado la gallina de los huevos de oro. Me decía, “esto es una maravilla”, porque claro, a partir de ahí, tienes una noción de lo que es la anatomía, pero claro, no sabes cómo lo hacen los forenses reales. Buscas, documentación, libros, vas investigando y luego por el tema de la terminología policial, pues, conozco a un policía que me está ayudando en temas muy concretos.
“Empecé investigando viendo documentales y libros, pero todo cobró sentido con la ayuda de un amigo que trabaja de policía”
Al principio te tenía que ir un poco a mi ritmo, estaba un montón de días buscando información, intentando cuadrar aspectos técnicos dentro de la investigación. Estabas escribiendo y de repente te quedabas atascado en un punto y decías, “bueno, a lo mejor dentro de un mes termino de encontrar la información”, pero ahora gracias a que conozco a un policía que me ayuda en algunos temas, en algunos puntos, es una acumulación de muchos, de muchas fuentes.
“Por temas personales me mudé de Madrid a Tarragona”
¿Existe alguna relación por el cual has elegido estos personajes?
Paralelismos como quien dice sí, pero no nada directamente conmigo. Por ejemplo, Yago es de Madrid. Entonces es de Madrid como lo soy yo. Y por un tema personal, también romántico, acabé mudándome a Tarragona. Entonces conocí a mi marido. Él era de Tarragona.
Yago Reyes es más o menos parecido por un tema personal que pide el traslado a Alzira, y resulta que no tuvo tanta suerte. Su relación antes de que le aceptaran el traslado. Es verdad que es imposible distinguir tu vida o las cosas que conoces, de las cosas que escribes. O sea, en el fondo, pues eso te documentas y hay aspectos que tienen que quedar como el reflejo de todo lo que tú vas experimentando a veces en las noticias, en lo que le pasa a un vecino, pero no hay nada directo.
¿En esta novela pones voz a siete personajes a la vez, no hay narrador que se apoye la trama, eso no te dificultaba la forma de narrar la obra, por lo complejo que era?
No, o sea, creo que cada escritor encuentra como la herramienta con la que mejor se maneja. Yo en este caso me gusta escribir también en tercera persona, pero de alguna manera, empecé a escribir la novela en primera persona y a partir de ahí arranqué con uno.
¿Cómo fue el salto de autopublicarse a salir bajo el brazo de una editorial?
Me resultó mucho más fácil. Cuando tú empiezas en esto de publicar una novela, sabes que tienes tres caminos para entrar: una es por editorial; otra puede ser un concurso literario, que lo ganes y te publiquen; y luego, la autopublicación.
“La primera novela rompe todos tus bloqueos”
Yo opté por la última porque las otras dos anteriores las veía impensables en mi momento. Empecé con la primera obra, tiré y claro, te sientes relativamente cómoda porque has roto el cascarón de huevo. Esa barrera que supone para uno publicar una novela.
A mí me supuso un momento de superación personal. Sentía que tenía dudas, miedos y sufría pensando en lo que iban a pensar las personas si leen mi obra. Hay muchas incógnitas cada vez que sacas una novela, sobre todo la primera. Entonces, como ya empecé con la primera, me acostumbré, y fui perdiendo el miedo. Continué con la autopublicación, sí, es cierto, y esto lo tengo que decir muy sinceramente, que en el momento en que yo saqué la primera novela yo dije, voy a empezar por esta vía, pero es un camino para llegar a un objetivo mayor.
Mi objetivo era llegar a las librerías. ¿Y qué pasa? Que yo sabía que había autores autopublicados que a través de la autopublicación habían conseguido llegar a las librerías a que una editorial se fijara en ellos y dar ese salto que es ya llegar a todos los electores sin muros. Entonces cuando se presentó la oportunidad. Yo tuve, no me gusta decir suerte, pero bueno, me sentí completa.