Diego González-Segura

Diego González-Segura: «La mente humana es hipercompleja»

Diego González-Segura ha publicado su primera novela, «Las normas de la locura«. Una novela policíaca con tintes psicópatas y con la diversidad funcional de tres protagonistas que deberán huir antes de ser consumidos por un asesino en serie pirómano.

Diego, me sorprende tu tranquilidad para hacer esta entrevista, teniendo en cuenta la adrenalina que has soltado en la mitad final de esta novela.

Es la primera vez que escribo un thriller, y la primera vez que escribo una novela, en realidad. He escrito muchos relatos cortos en mi blog. Hay que tener en cuenta de que en esos relatos cortos hay que concentrar mucho la información para mover al lector y esto es un recurso que he usado en esta novela.

«Hay que tener en cuenta de que en esos relatos cortos hay que concentrar mucho la información para mover al lector» -Diego González-Segura

Entonces, ahora entiendo que cada capítulo esté dividido en pequeñas secciones.

Exacto, ten en cuenta de que para que una novela fluya, para hacer las novelas que a mí me gustan, me ha valido de capítulos cortos y con la información precisa. He intentado evitar los rellenos y las largas descripciones y demás, muy similar a lo que ocurre en los relatos cortos en los que se centran todas las emociones.

No significa de que sea una lectura ligera, tiene su profundidad marcada por la profundidad psicológica de sus protagonistas y sus complejidades, pero de lectura fácil

Me parece fascinante que te hayas servido de unos protagonistas muy complejos para una primera novela.

Ten en cuenta de que estos personajes tienen sus relatos también. No es la primera vez que escribo sobre ellos. Lo que he hecho ha sido juntarlos y que pudieran interaccionar entre ellos. Crear este grupo de amigos para que se enfrenten a esta oscuridad que les acecha y también están compuestos de diferentes matices.

Algunos de ellos son personas reales, en el caso de Laura, por ejemplo, me he valido de un paciente que conocía muchos años atrás, mientras estudiaba la carrera de psiquiatría. Tenía alucinaciones crónicas que le obligaban a vestir con manga y pantalón largo, porque no soportaba el tacto de las arañas en la piel. Esa vivencia me ayudo a construir a su personaje.

«En el caso de Laura me inspiré de esta paciente»

¿Entonces para esta novela te has servido de características psicosociales reales, no es ficción?

En el caso de Laura me inspiré de esta paciente, pero en el caso de Alejandro las alucinaciones son reales, descritas en el ámbito médico, de igual forma que la impresionante capacidad de retentiva de Julián.

Lo que traslado aquí no es fantástico, la mente humana es hipercompleja, no necesita crear mundos muy rebuscados, solo ella misma ya es suficientemente enigmática como para asentar una novela como esta. Y sí, son casos basados en casos reales.

Hablando de la novela, se construye en tres tiempos diferentes que convergen en la actualidad de los protagonistas, ¿cómo has trabajado el proceso de escritura?

Ten en cuenta de que existen varios métodos para escribir, el clásico se resume en ser brújula o mapa. Eso significa de que si eres brújula, tu historia se creará a partir de tu intuición, así como crear o borrar personajes. No es mi caso, soy mapa, tengo que visualizar toda la historia, parcelarla en pequeños espacios, diseñarla, para después escribirla.

«He querido apartarme un poco del policía clásico»

El apellido de Pregones es demasiado curioso para que se trate de una decisión puramente casual, ¿hay nombres en la novela que haya referencia en tu entorno real, Diego?

No tengo nadie en la cabeza por ese apellido. Me gusta elegir los nombres en función de conseguir que el lector le resuenen. Una cosa es el nombre y otra su personalidad.

En el caso del inspector, he querido apartarme un poco del policía clásico, me refiero a quien que todos tenemos en mente. Un policía duro o frío con la mente muy clara y observador. Un policía que tiene un lado tierno y del que fácilmente puedes empatizar y que busca solucionar el caso como si se tratara de una meta personal y altruista.

He querido apartarme de esta imagen y crear un personaje supercorriente, en el que la motivación probablemente más interesada, en el que escatimar recursos tiene consecuencias, más adelante, un personaje más humano. No se empatizará mucho con este personaje, o igual sí, pero resuena a una persona más real.

«Darle una motivación es una de las tareas más chulas de escribir una novela»

¿Te has divertido siendo «el fantasma» de esta novela, Diego?

Me ha encantado. Me gusta mucho. Es una de las cosas más puras que hay cuando se escribe. Date cuenta de que escribir sobre un personaje muy torturado, violento o un asesino en serie, no significa que el autor quiera serlo, pero es para mí es fundamental crearle una motivación para el antagonista. No me gusta crear buenos y malos, no existen personas así, habrá más individualistas o menos.

Darle una motivación es una de las tareas más chulas de escribir una novela. Porque es realmente fácil describir al héroe de la historia, pero el desafío es crear un personaje, a la vez de creíble, llegue a empatizar el lector o caiga bien su patología.

No quiero decir que inspire a que la gente sea como él, sino que llegue a conectar y resulte interesante y atractivo. Esta es una de las cuestiones que me resultaban verdaderamente más desafiantes a la hora de escribir esta novela.

En esta novela hay mucha investigación, Diego, llegas a describir como veinte tipos de arañas. ¿Cómo ha sido el proceso de investigación?

Todo es parte del proceso, antes de escribir tuve que buscar muchísima documentación. No solo de la patología específica que tiene, en el caso de ella, de las alucinaciones. Solo con eso, se me abría todo un mundo. Pero no solo eso, también tuve que estudiar cuánto es el retroceso de una pistola al disparar.

Diego González-Segura

Cada araña, su peso, la manera particular que tiene para cazar, como acecha a su presa y encajarla dentro de la novela, tiene su documentación. Pero hubo momentos más chulos como bajar al metro y hablar con amigos que son técnicos para escuchar historias o elementos más técnicos.

O un amigo mío, que es Moso de Esquadra, me contaba procedimientos de investigación. Todo esto es la parte que he disfrutado mucho, no es solo escribiéndola, sino todo lo que a ello conlleva. Para cada escena hay un apartado de documentación.

¿Consideras que pregones volverá a aparecer en alguna próxima novela tuya?

Por supuesto. Sí, todos los personajes, incluso los que ya no están en la novela, pueden volver a aparecer. Pregones es uno de los que quiero recuperar seguro, porque es el policía antihéroe que acaba cayendo bien, pero tampoco tanto y acaba dando mucho juego dentro de la historia.

¿Diego, de qué te hubiera gustado hablar en una entrevista sobre «Las normas de la locura»?

Nadie me lo ha dicho, pero los easter eggs que hay dentro de la novela que a veces son bastante explícitos de la que la gente se debe encontrar. Como por ejemplo la relación que puede haber con algún cuento de Borges o con algún cuento de Cortázar. O, por ejemplo, alguna referencia a la literatura que a mí particularmente me gusta, que es la literatura argentina, de la que he vinculado varios cuentos de la tradición argentina y estas pequeñas referencias, pues es algo que me gustaría que me preguntaran. Uno va dejando esas pistas para que los lectores vayan a recogerlos.