¿Álvaro, cómo te has preparado a tu personaje David, que además, trabaja de camarero y es florista?
Álvaro: David es un polo opuesto respecto a mí en cuanto a que es muchísimo más inquieto que yo. Te diría que es casi como un niño pequeño. De hecho, lo que trabajé con la coach es que nos imaginábamos a David siendo un cachorro. Es ser muy hiperactivo y yo soy una persona completamente calmada. Por la parte de la floristería, fui dos días a trabajar en una, como su fuera un becario. Montaba ramos, preparaba pedidos, movía cajas, y luego es verdad, es que me he documentado por mi parte de cosas, nunca está de más saber un poco que no he usado.
¿Me sabrías contar algún mensaje oculto en alguna flor concreta?
Álvaro: Sí! De hecho me lo apunté. Que me recuerde ahora, me acuerdo del Cerezo que era como belleza pasajera, como simple y delicado. Sencillez. La Magnolia era como más carnoso, más aromática, más del corazón, pureza. Luego me hizo mucha gracia los nenúfares, porque es tanto belleza como indiferencia. Eso también lo tenía la flor de loto en Egipto. Los girasoles son enigmáticos, reflejaba también el sol, se le considera la vivacidad o la felicidad también. Me documenté mucho para encontrar esa fascinación que tenía David por este mundo y cuando en la serie aparece un chico a pedir un ramo, una de las chicas le anima a David a contarle el significado, también lo hice para saber un poco.
Anna Castillo: “Yo debería haber hecho su papel y él el mío”
¿Crees que tienes algo en común con tu personaje?
Álvaro: Anna y yo teníamos la coña de que yo hubiera hecho mucho mejor a Margot y ella mucho mejor a David. Pero ha sido un reto muy guay.
Anna: Nada. (Ríe) Es que estoy muy de acuerdo con Álvaro, no tengo nada que ver con Margot. Es que incluso, ahora que ha pasado un poco más el tiempo, te podría encontrar un parecido entre nosotras, pero que va. No. Siempre he sido un poco macarra, incluso imprudente, con mucha energía, también atropellada… Álvaro tiene algo que me gustó mucho de él, que es muy prudente, tiene una elegancia siempre puesta inconsciente y yo lo he hecho siempre al revés. Después de trabajar con el equipo y con nuestra coach, llegamos a encontrar un poco un punto de encuentro entre nosotros y los personajes.
