«Los locales Tiki llegaron a los 60 a Madrid». Después de ser un atractivo negocio en otros países, Roger nos explica que en España llegaron a los 60, abriendo el primer bar Tiki en Madrid. «El primero en nuestro país se llamaba LOA Bar, y una década después se abría el Kahala y después, en el 77, el Kahiki».
«Quería mantener los cócteles de siempre». Roger nos cuenta que salvo tres cócteles que aparecen en su carta, el resto se mantienen iguales a los que se ofrecían años atrás. La finalidad es mostrar el sabor auténtico de estos brebajes, al igual que pudieron descubrirlos sus padres o abuelos por vez primera. Asegura que las novedades han sido pensadas para aquellas personas que han visitado en varias ocasiones el establecimiento.
«Tengo treinta cócteles que nadie conoce de antes y añadí otros tres, pues para que quien nos conozca de siempre, pueda saber que tiene nuevos sabores. Son Tiki Mango, Kanoloa y el Tarroski, basado en la Copa Tikaroa».
«La música es ochentera, noventera y dos mil». La idea es que el local sea un espacio en el que pueda albergar público de todas las edades. Siempre desde el respeto. Pero en el que sonará David Bisbal o Chayanne. No quiere que sea excluyente con ninguno de los colectivos o públicos. «Ponemos también temas actuales, pero intentamos que disfruten personas que tienen dieciocho, como la que tiene sesenta. Intento llevar a retro, porque son hits que lo petan bastante a pesar del tiempo que ha pasado».
«Me gustaría que el Kahiki sea un espacio reconocido para la gente que visite la ciudad». Le preguntamos sobre el futuro y sus planes de expansión sobre su negocio. Roger tiene claro que se mantendrá fiel a su cultura Tiki, pero que se adaptará a las necesidades que el ocio le pida.
«Intento que el cliente se adapte a mí, porque es algo que desconoce y se piensa que es únicamente temático. Me he adaptado ofreciendo tapas frías, porque el espacio así lo permite. Así, pues si la gente con eso cena, pues genial. Tenía claro que aquí no se puede poner restauración propiamente. Pero lo de las shishas sí, porque es un gran aliciente al momento de hacer cócteles con los amigos. Hace años que está de moda en España hacerlo. Espero que de aquí a diez años, sigamos adaptados a los clientes, a sus necesidades y que no les falte de nada».
