La obra
Esto no es una película, eso habrá quedado claro y en esta obra se ha visto que Disney no quiso repetir los elementos que hizo a su antecesora, El Rey León, en una copia para Aladdín. No hay marionetas para el personaje de Iago, sino que es un humano llevado al límite con la caricatura para recordarnos su frescura y sus comentarios ácidos que tanto caracterizó a su personaje.
Además, si has leído la introducción del artículo, te has dado cuenta de la existencia de tres personajes que no existen en su versión cinematográfica. Bakak, Kassim y Omar serían el compañero Abú. En la versión teatral sirven como licencia para sus creadores, Alan Menken y Tim Rice, para que Aladdín tenga más facilidad para describir sus emociones al público. Estos compañeros de viaje, incluyendo a Iago, son el punto cómico de la trama principal, aportan agilidad a la historia que ya conocíamos y le suma partes nuevas, incluso para quiénes se han torrado con la versión animada.
El escenario
La única pega del musical es para la sala, el Teatre Coliseum, que se queda corto de espacio para el escenario y limita a la producción. De hecho, esta versión hispana es equiparable a la versión de gira que existe en Estados Unidos, no a la de Broadway o Londres y eso se nota porque las necesidades del escenario son más flexibles cuando no tienes espacio.
Entendería que es por este motivo que el anuncio del musical que se proyecta en la puerta, se usen imágenes de su versión de Londres, pero me parece una falta de respeto para los protagonistas españoles
A pesar de esto que no se preocupe el coreógrafo Casey Nicholaw que todo el espacio vacío de la escenografía de Bob Crowley lo llenan sus impresionantes números, mezclando estilos que van del claqué a la hipnótica danza del vientre, con licencias al cabaret.
Las carencias de la pirotecnia original, causados porque si se disparan y con el pequeño espacio, habría riesgo de incendio, se sustituyen con mappings bastante bien elaborados que llena esos vacíos y aporta nueva visión del montaje original.
Aladdín podría brillar más fuerte en otro teatro
Me gustaría imaginar que en un futuro la producción pudiera contar con un espacio más amplio y poder entregar a los fans de la cinta, la versión del musical completa. Es por eso que El Rey León sigue siendo más espectacular en todos los sentidos y se marca una distancia de calidad con la recién estrenada Aladdín. Pero siendo sincero, mientras Aladdín puede flaquear en espacio, lo que afecta directamente a la escenografía y efectos especiales, de ningún modo flaquea la base del teatro musical que son sus números musicales, un elenco y cuerpo de baile fuerte y bueno y un equipo técnico que trabaja como un reloj suizo.
Otro campo que se nota esa carencia es la orquesta, si escuchas atentamente, te das cuenta de que hay pocos instrumentos bajo el escenario, pero los suficientes para que la música suene bien, no se preocupen, pero no con la inmensidad que tiene la versión original.