Brian y Charles

Brian y Charles es la adaptación en largometraje de un cortometraje anteriormente publicado y debut en la gran pantalla del director Jim Archer para contarnos una historia de amistad bastante particular. «Brian y Charles» es una comedia de esas que llaman «feel good movie«, pues tras su visionado es de esas cintas que generan en ti esa sensación de felicidad.

En uno de esos pequeños pueblos de la campiña inglesa donde nunca ocurre nada, Brian se dedica a ocupar su tiempo inventando cosas absurdas para ocupar su vida pues se siente triste y deprimido. Hasta que un día, uno de sus inventos si tendrá éxito y de vida a Charles, un robot con cuerpo lavadora, que se transformará en su mejor amigo.

Brian y Charles, una adaptación de un cortometraje

Para hacerlo, se sirve de un reparto en el que destaca su protagonista, David Earl quien está excelente con esa mezcla entre patetismo y la ternura que despierta su personaje Brian. A este lo acompaña Chris Hayward en el difícil papel del robot llamado Charles Petrescu – el por qué del apellido es todo un misterio que imagino, busca la sonrisa del público -. Esta actuación sale airosa de semejante papeleta, pues este «androide de desgüace» o especie de criatura de Frankenstein, despierta nuestra simpatía desde el primer momento, mediante un comportamiento que va desde la inocencia de un niño, lo errático y la sabiduría de un superordenador.

Brian y Charles

Entre los dos se genera una dinámica que son el corazón de este filme que hacen que te quieras llevar a Charles a casa y darle de comer coles – cuando la veáis ya veréis de qué hablo-.

Cerrando el trío nos encontramos a Louise Brealey en la piel de Hazel e interés amoroso de Brian. La actriz desprende mucha naturalidad en su actuación en sintonía con David Earl y la verdad que hay mucha química entre ambos.

Pero no todo va a ser bonito e ideal en la historia, pues tenemos al terrible Eddie y su familia para aguar un poco la fiesta y que protagonizan una escena que me recuerda al Frankenstein antes mencionado.

Brian y Charles

No es un mal film y se ve con agrado, pero si me desconcierta el estilo en el que se ha narrado la historia. A ratos parece un falso documental, el personaje se dirige en numerosas ocasiones a la cámara y habla con quien se supone está detrás de ella, incluso hay numerosos planos con cámara en mano.

Una historia que hable de temas como la soledad, el amor, la tristeza y la depresión

Mientras que en otras ocasiones hay otros planos más estilizados e incluso planos aéreos y aunque te metes bastante en lo que nos cuentan, esa indecisión a la hora de decantarse por un estilo y que lo del «falso documental» no está justificado en ningún momento en el guión, me desconcierta un poco.

A pesar de esto, si quieres una propuesta sencilla, con un humor un tanto absurdo, ciencia ficción de bajo presupuesto y una historia que hable de temas como la soledad, el amor, la tristeza y la depresión, Brian y Charles es una buena opción que busca hacerse un hueco entre la resaca navideña de Avatar y los próximos blockbusters que están por venir.


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