Hasta el 12 de marzo, la familia Raluy Legacy nos invita a disfrutar de su estancia más dilatada en la capital catalana. La visita entre el circo y Barcelona siempre coincidía con las fechas navideñas, pero este 2023 será, además, su estancia más longeva en el Port Vell.
El motivo es su renovado espectáculo que espera acercar a los espectadores de siempre y a los visitantes que hayan decidido visitar la ciudad esta temporada, ofreciendo uno de los mejores espectáculos de la cartelera de la ciudad.
Por fuera, Raluy sigue su sentido homenaje al estilismo del siglo XIX, en el interior de la carpa, se abre un nuevo mundo de posibilidades que han sabido explotar para adaptarse a las nuevas exigencias de un público cambiante, ansiosos de experiencias y que no darían su brazo a torcer para ver “lo mismo”.
Raluy evoluciona a los nuevos tiempos
Artistas llegados de países como Vietnam, México, Paraguay, se suman a la quinta generación de la familia Raluy para traer In art we trust (En el Arte confiamos). La propuesta trae números de magia, clown contemporáneo, números acrobáticos y coreográficos, vestuarios con pinceladas hindúes y un espectáculo de luces y sonido de primer nivel.
Quiero dejar claro que el arte circense es el más sudado del teatro y el menos valorado, el circo es un modo de vida para los que se dedican y tenemos la costumbre de reducirlo a un espectáculo familiar. Raluy Legacy tiene claro que su obra debía evolucionar para encajar su estancia al nivel de un espectáculo de primer orden, atrae espectadores de todas las generaciones y quitarse la etiqueta de espectáculo infantil. Y lo han hecho de carrera.
“Queríamos tener el mejor circo”
Louisa Raluy, codirectora del circo, tenía una visión que se reducía en crear algo que se pudiera definir como “hacer el mejor circo”. No han dado nada, por muy bueno que fuera, la posibilidad de no revisarlo. Acompañarlo con elaborados juegos de luces, nueva música y nuevos puntos de vista para refrescar toda la ambientación.
Una obra coral sin nada que objetar, sin cesuras, todo estaba milimetrado y perfecto. Un ritmo y unas emociones controladas, como el mejor espectáculo de magia de la ciudad, un espacio en el cual ni el cine ni la televisión podría generar la misma sensación de riesgo.
Con la mirada al pasado y los pies encaminados al futuro, así abre hoy Raluy Legacy
La piedra angular de este espectáculo gira sobre Dimitri, un artista con pocas opciones para sorprender con sus trucos de magia, pero que su humor está pensado para el público adulto. Dimitri trae al clown un perspicaz diálogo que se acerca más a un número de monologista. Con algún pie sobre el humor verde, consigue llevarse con su aparición adultos y niños.
Dimitri encarna, casi al final del espectáculo, al protagonista de Ruggero Leoncavallo, Pagliacci, un hombre que deja su máscara sobre una silla para recordar que detrás de lo absurdo que puede parecer hacer reír, lo importante que es hacerlo.
A esto les acompañan los Triplets, unos cómicos trapecistas que traen el clásico número de trapecio pero con vestuario y número inspirado en el circo clásico. A estos, se les suma los números y presentaciones de Bigotis y Pietro, que realizan los números clown y espacios pensados para girar la atención fuera de la arena.
El nuevo circo incluye magia, de la mano de Rodrigo Tolzen y sin usar animales, da ese punto de fantasía que nos invita a soñar con las cinco letras. Con Sian nos elevaremos a los malabares con los pies, un numerazo hipnótico y fascinante. Pero para hipnotizarte quédate con Eva Swartset, cuando descubráis quién es, os quedaréis con la boca abierta.
El bautizo de la quinta generación Raluy
El momento más emotivo está protagonizado por la quinta generación de la familia Raluy, Benicio y Charmelle Raluy, los trapecistas más jóvenes de quince y dieciséis años respectivamente. Sus primeros movimientos denotan respeto y una coordinación de relojería.
Los pequeños del Raluy son un orgullo para Luis Raluy, recién galardonado con la Nariz de Oro por un legado que convirtió el circo en arte. La figura de Luis está presente en forma de retrato sobre la arena y en una biblioteca móvil ubicada al lado de la carpa, un sentido homenaje al visionario.
El momento en el que vas a soltar toda adrenalina llegará en el final con el Dúo Valencia, quiénes se alzarán sobre la Rueda de la Muerte para mostrar un sinfín de acrobacias en el que la gravedad no es un límite, pero mi corazón sí.