«El Cuarto pasajero» es demasiado

La nueva película de Alex de la iglesia, que como en Perfectos desconocidos, abandona el fantástico para entregarnos una comedia que es a la vez road movie y comedia romántica.

Julián comparte su coche desde hace meses para hacer el trayecto Bilbao-Madrid con Lorena, y otros pasajeros. Ha llegado el momento de sincerarse y confesar su amor por ella, pero una serie de imprevistos, harán la confesión un poco difícil.

Cuatro personajes, un coche y múltiples situaciones que hacen que las dos horas pasen volando

Un espacio cerrado donde se nos van presentando a Julián (Alberto San Juan) Lorena (Blanca Suárez) Juan Carlos (Ernesto Alterio) y Sergio (Rubén Cortada) cada uno con su propia historia personal y sus motivos para compartir vehículo.

Y son lo mejor del conjunto. San Juan interpreta a esa persona que está apurado económicamente y ve como con la edad que tiene, su vida se desmorona tanto en lo profesional como en lo sentimental, siendo estos viajes compartidos, la única motivación que le queda para así poder ver a su amada Lorena.

Suárez por su parte, da vida a Lorena, una chica de 29 años que sube y baja de Bilbao a Madrid para ver a sus padres y que tiene ganas de ser totalmente independiente y vivir por su cuenta, pero las obligaciones y el precario mercado laboral la tienen atrapada.

Rubén Cortada, es Sergio, el guapo del grupo. El típico ligón que se las lleva de calle y que amenaza el plan de Julián para declarar su amor a Lorena. Es un imprevisto dentro del calculado plan para confesar lo que siente, con esos ojos azules, esa melena, ese aire rebelde y su guitarra.

Y llegamos a Juan Carlos. Sí, Sergio es una amenaza para la conquista del interés amoroso del personaje de Alberto San Juan, el de Alterio, es una amenaza para el viaje en general. Un tipo que dice tener mil negocios, se pasa el viaje colgado del móvil y a uno le da la sensación de que no es un tipo de fiar.

Con estos mimbres, De La Iglesia junto con su habitual guionista Jorge Guerricaechevarria tenían la oportunidad de crear una comedia bien divertida e incluso disparatada – que lo espero, creo que se han pasado con el nivel de disparate y se les va de las manos.

Demasiados elementos absurdos

Ya con cierto suceso en una gasolinera torcí el gesto, pero lo perdoné si de esta manera empezaba todo a rodar, nunca mejor dicho. Pero al llegar al final, el último tramo de la narración, es que se pasan de frenada.

Hay tantos elementos absurdos en todo lo que acontece en esta parte que lastra el conjunto y para mí me pierde como espectador y desconecto. No consigo creerme nada de lo que me están contando en este punto y hay un cambio tonal hacia lo inverosímil que si toda la cinta hubiese sido así, pues perfecto, pero parece que lo de la gasolinera era un aviso para prepararnos de lo que se nos venía encima.

En cuanto a la dirección, seguro que el autor de El día de la bestia se lo ha pasado en grande empleando múltiples cámaras para rodar persecuciones, accidentes y atascos y en lo visual no hay nada que tacharle a la cinta.

En lo actoral, encuentro que los cuatro protagonistas están excelentes en sus roles, siendo quien sale ganando, sobre todo Alterio, con ese descacharrante personaje, a los que hay que añadir la participación de Enrique Guillen y Carlos Are es, con un misterioso personaje.

La música del siempre excelente Roque Baños y producción de Pokeepsie films junto con Telecinco cinema.

No me parece una mala propuesta en la cartelera, pero creo que los films perduran en la memoria tanto como el buen final que le des a tu historia, y creo que aquí no han sabido darle un buen cierre, por mucho que tuvieran una buena idea sobre la que trabajar. Tal vez el próximo viaje sea mejor.