Pasando en las escenas que te conviertes en zombi, ahí pasas a un trabajo más corporal, ¿Cómo ha sido esa preparación más específica?
Si te soy sincero, en casa hacía pruebas de cómo quedaría y tirándome a la piscina (Ríe), en este caso a la bañera. En estos casos está bien tener una idea previa porque es un mundo muy concreto. Decidir qué hacer en casa, probar y ver si funciona, también me ayudó preguntar a fuera, cómo lo ven, ver si queda raro, pero al final es tirarse a la piscina.
Apostar por algo muy claro, eso lo tenía seguro, de hecho, pienso que me he cometido bastante más de lo que podía haber dado, pero son esas cosas de creación de personaje que son muy difíciles en el cine.
Hacer una creación de personaje de la talla de Javier Bardem es de lo más complicado que existe en este mundo. Lo ves y en cada película ves que es otro tío, completamente distinto.
En este personaje de Roque o te tiras a la piscina o no saldría bien.
“Hacer una creación de personaje de la talla de Javier Bardem es de lo más complicado que existe”
¿Qué anécdota de rodaje divertida te llevas de “Alma”?
Mi personaje habla un idioma inventado y hacer esto era algo muy muy complejo y eso provocaba risas. Recuerdo un día leyendo las frases escritas, pero inventadas y la gente se partía de risa.
También la escena de la bañera que me pasé todo el día desnudo en la bañera, mojado, toda la noche y es una experiencia para guardárselo.
¿Cómo te lo hiciste para aprenderte líneas en un idioma inventado?
Básicamente pidiéndole a Sergio que me grabara notas de voz por WhatsApp, porque si lo leo tal cual no sería igual. Al final es leer en verso, es complicado porque no estamos acostumbrados, pero lo que queda es el significado que hay dentro.
