Nil Cardoner, ¿Qué tal la experiencia de rodar un género paranormal y con estos monstruos creados por FX?
¡Una pasada! Más allá de imaginar monstruos como dices, nuestro trabajo es imaginar en todo momento a ser monstruos o monstruos internos.
Ha sido una grata experiencia, ya por el simple hecho de haber crecido viendo películas de Hollywood con estos efectos, haber visto makings off con cromas verdes y pensar, ¿Cómo harán todo esto, no? Cuando me dijeron que lo íbamos a hacer me produjo una gran alegría.
Vivir esta experiencia de rodar en este género es algo que no puedes llegar a imaginar o cuando rodamos el accidente, nos metieron en una especie de lavadora para girar. Fue muy divertido de rodar, más allá de la interpretación.
¿Qué has aprendido como actor de este experimento?
En realidad he aprendido a que no es muy diferente rodar en una producción pequeña que una superproducción. Los timmings son igual de lentos y que se ajustan a la producción. Hablaba del accidente, para hacerlo estuvimos una semana en Barcelona y cuatro o cinco días en Asturias para hacerla. El proceso es mucho más lento y se asemeja a un drama más austero. Pero sin duda alguna, la experiencia de rodar eso y verlo después, es una gozada.
¿Has dicho que solo el accidente ha sido una semana?
No, estuvimos en Barcelona una semana y cuatro en Asturias, en total unas dos semanas para esa secuencia.
Sigue siendo bastante para una pieza que dura unos diez minutos en pantalla.
Sí. Fue muy lento, fue un rodaje lento. Piensa que son escenas en el que hay muchísima acción y apenas tiene diálogo, el conflicto es inexistente, puede que haya algún conflicto interior, pero lo que cuenta se ve en apenas quince segundos y a pesar de ello, tienes que estar metido en el autobús como referencia.
Pero al final, nuestro trabajo va de esto y de aguantar las esperas.
