¿Cuál fue tu primera sensación al ver a Aldo?
La verdad que no lo conocía el personaje, nos pasan una muy breve información del personaje para que te ubiques. Yo siempre voy a dónde me llaman y confío mucho en el criterio de la gente que hay detrás de cada producción y ellos son los que lo ven y saben qué idea tienen para tu personaje y cómo lo quieren construir.
Si ven que puedo interpretar a Aldo, es porque ven algo en mí que les hace creer que lo debo ser.
¿Mena Fité dirige esta producción y fue director también en “Merlí”, cómo ha sido el reencuentro profesional?
Fue muy guay. Mena en “Merlí” estaba como segundo director de la serie, pasó a ser director ya en “Merlí sapere aude”, pero yo ya no formaba parte del elenco.
Le he visto, entre Merlí y ahora, en Bienvenidos a Edén, ha trabajado mucho y se ha partido la espalda en todo este tiempo. Se nota que haber trabajado en varias series, le da un recorrido que se le ve que ha crecido en este tiempo y ha sido un reencuentro muy especial.
¿Cómo te gusta que te dirijan, cómo actor?
Considero que una mezcla entre que te aporten una pauta de cómo ven a ese personaje y la libertad de poder explorarlo al ponerte en su piel, ambas formas son completamente compatibles y aquí es donde entran las fases previas a un rodaje. Es decir, en la fase de casting sirven para también para entender al personaje y se convierten en ensayos.
En el caso de Edén se incorporó la figura de un coach, que provienen de la manera de trabajar estadounidense, es una figura que se sitúa entre director y el actor y nos ayuda a preparar cada escena.
