¿Siempre quisisteis dedicaros a la música?
Lo cierto es que hasta que no nos conocimos entre nosotras hace cinco años, no estaba en nuestra mente dedicarnos a la música. Las Ana y Carol de 2017 estaban estudiando sus respectivas carreras (ADE y Arquitectura), y ni por asomo pensaban que en 2022 estarían de esta manera en el mundo de la música, pues siempre había sido un hobby para ellas.
Una vez empezamos, nunca quisimos salir de aquí y se convirtió en una auténtica pasión y forma de vida.
¿Cuándo fuisteis conscientes de lo que estabais consiguiendo?
Especialmente en este último año es cuando nos hemos parado varias veces a decir “wow”. Escuchar al público que viene a nuestros conciertos cantando nuestras canciones, escucharnos en la radio, estar nominadas a premios, obtener un disco de oro…nos damos cuenta de que se está haciendo todo más estable y convirtiendo en un auténtico proyectazo que crece pasito a pasito.
Desde que sacasteis vuestro primer single en 2020, ¿cómo veis que ha sido vuestra evolución?
Nos encanta reflexionar y echar la vista a un año o dos atrás y valorar la evolución, lo hacemos desde que nos conocemos; es una dinámica muy enriquecedora y positiva.
La evolución de este año ha sido una auténtica locura, hemos visto grandes resultados de nuestro trabajo, y consideramos y valoramos siempre lo importante que ha sido el hacerlo en equipo.
RLM es nuestro equipo de trabajo y juntos estamos impulsando y desarrollando este proyecto desde ese primer single en 2020. Es una maravilla ver cómo vamos encajando piezas para ir escalando y creciendo progresivamente y conscientemente, cumpliendo pequeñas metas que nos van permitiendo cosechar éxitos y trabajar en grandes ambiciones siguiendo este método.
¿Nos podéis contar cuál es el mejor recuerdo que tenéis de todos estos años estando juntas?
Tenemos muchísimos muy buenos, pero le tenemos especial cariño al primer escenario que nos subimos, en un pabellón en Milán en 2017, en las audiciones de X Factor, ante el jurado y todo el público italiano, escondidas bajo nuestras gorras y nuestra timidez. Siempre que vemos ese vídeo en YouTube nos entra entre risa y ternura.
