De hecho, ¿qué dijo que quería hacer tras la universidad?
—¿Por qué has decidido estudiar Comunicación Audiovisual? —le pregunto. La vergüenza que se había adueñado de él antes, desaparece cuando me mira. No tiene una expresión definida ahora.
—Pues porque quiero formarme en la creación de guiones —responde. Y puedo notar que se ha emocionado.
—O sea, que quieres ser guionista.
—Bueno, sí, quiero dedicarme a crear guiones para películas y series en el futuro. —Sonríe, pero carraspea poco después—. Sí, quiero ser guionista.
—Eso está muy bien.
—¿No te acordabas? —pregunta ahora Saúl.
—¿De qué?
—De que, el primer día que nos vimos, con Luna, Dídac y Gadreel, me preguntaste lo mismo.
¡Ostias, es verdad! Aprieto los labios y mantengo los ojos en la carretera. En cuanto vuelvo a detener el coche, observo de refilón que él está enarcando una ceja.
—Sí. Me olvidé —admito, mientras me maldigo a mí mismo por no tener mejor memoria. Vale, puede no interesarme en absoluto, pero mis padres me educaron para evitarme este tipo de momentos—. Disculpa.
Me mira, de una manera un tanto rara. Se debate entre el enfado y la serenidad. Joder, si esto fuera una nueva película de X-Men (fijo que un remake), en este punto Saúl sería perfecto para mostrar al público que su personaje es Magneto. Pero empieza a ponerme los pelos como escarpias. Es como ver un exorcismo a unos pocos centímetros de tu cara. ¿Qué narices le pasa?