Portada de Voy a quedarme en el que se muestran dos chicos con una tierna mirada detalle
Fotografía de Dario Cavero (@dario.cavero), Alex Peñas (@alexpg2) e Isma O'Sullivan (@_osullivan_)

Capítulo 14 – Álex

Ni siquiera noto ningún atisbo de vergüenza o de miedo. Es como si me estuviera hablando como si fuera normal. Por un pequeño momento, creo sentir que es otro chico, como yo o como Dídac, en vez de un llorica patético y mojigato.

—Vale, pues te dejo en la tienda de disfraces.

El resto del viaje estamos callados. Lo único que parece tapar el sonido de cada gota de agua que golpea contra el asfalto o el capó del coche es la radio. La he puesto junto con la calefacción, para que tanto mi chaqueta como la mochila de Saúl se sequen un poco. Ahora mismo está sonando una canción que tiene bastantes años. Cuando estaba en el instituto, esta canción volvía locas a las chicas y yo, si se tragaban que me gustaba la canción, conseguía liarme con ellas. Decía a mis colegas y compañeros que la canción era una auténtica basura, pero, sinceramente, no me desagradaba. Que alguien sea capaz de cantar esas cosas sobre el amor, no es precisamente sencillo.

La canción termina, y en seguida ponen la última que ha sacado Imagine Dragons. No la he escuchado todavía, y me apetece ver qué tal está.

—Ufff, esta canción. —Saúl pone los ojos en blanco.

—¿Qué pasa? ¿No te gusta el grupo? —A ver, no son Metallica o Guns ‘N’ Roses, pero son bastante buenos.

—No. O sea, sí. A ver, el grupo me gusta. Pero esta canción, en particular, la siento como una puta copia de “Radioactive”.

—¿En serio?

—Tú escúchala —me sugiere.

Y así hago. Y, la verdad, es que razón no le falta. Si parece que se han plagiado a sí mismos.

—Dios mío. Es una copia. ¿Por qué han hecho esto?

—Eso mismo pensé yo al escucharla —confiesa.