Cazafantamas: Más allá. Bendita nostalgia

La hija de Egon Spengler con sus dos niños acaba en el hogar familiar tras ser desahuciada, para descubrir que le ocurrió a su padre y que tramaba, tras estar unos años desaparecido.

Secuela de la formación clásica de Cazafantasmas –digo esto pues cualquier referencia al reboot con reparto femenino ha sido omitida- que consigue traer de vuelta a este icono de los 80´s de una forma muy acertada.

Tras el pinchazo de Paul Feig, nada hacía presagiar que una nueva Cazafantasmas fuese a ser posible y mucho menos que fuese una digna sucesora de lo visto en las anteriores, pero sí.

Jason Reitman –que toma el testigo de su padre Ivan quien dirigió las entregas originales- y Gil Kenan, escriben a cuatro manos un guión que toma los elementos de la saga con el suficiente cariño, sin que resulte un empacho de nostalgia y lo acerca a las nuevas generaciones dándole la suficiente capa de modernidad para que pueda capturar su interés, merced a un reparto acorde a las circunstancias.

Así encontramos a Finn Wolfhard que debe su fama a Stranger Things –donde ya se ponía un mono de faena caza espectros- Paul Rudd –recién nombrado hombre más sexy del año- y que debido a su papel de Ant-man puede ser un reclamo tanto para las audiencias más jovenes como para público más adulto que lo lleva viendo desde los tiempos de la sitcom Friends, Carrie Coon vista en The leftovers o Fargo y por último –pero no menos importante- McKenna Grace quien casi carga la película a sus espaldas con su papel de nieta del excéntrico científico.

Completan el reparto el pequeño Logan Kim como Podcast que sirve de contrapunto cómico y Celeste O´Connor como el interés amoroso del joven Spengler.

El film tiene un prólogo fabuloso, un tono a lo Amblin –la productora de Spielberg que hiciese sobretodo las delicias en los 80 con títulos como Gremlins o Los Goonies– y un buen equilibrio entre comedia con toques de misterio y algún escape al terror pero sin cargar demasiado las tintas en este aspecto, pues así consigue una calificación por edades PG-13 en USA –siendo allí muy importante dicha calificación para la recaudación en taquilla-

No faltan a la cita el Ecto-1, la pistola de protones con sus mochilas, una suerte de primo de “moquete”, la trampa atrapafantasmas y una trama que bebe más de la primera película que de la segunda.

Y para que todo esto luzca a las mil maravillas el diseño de producción ha cuidado hasta el más mínimo detalle, así como los fx  de primer nivel y desarrollados por varias compañías punteras –los tiempos en que estos estaban a cargo de una sola empresa quedaron atrás pues de lo contrario no se estrenaría en la fecha anunciada-

No me olvido del score de Rob Simonsen que contribuye sin duda a ese toque de magia, de «sense of wonder», misterio y gotitas de terror que el film necesita.

Nostalgia bien entendida, secuela/reboot que encantará a los fans del ectoplasma, los guardianes de las llaves y enganchará a los nuevos curiosos que se acerquen al cine para dejarse encandilar por esta comedia de terror que, salvo un pequeño bajón de ritmo antes del tercio final, se presenta como una de las mejores propuestas del cine de entretenimiento de lo que resta de este año 2021.

¡Ojo que como los estrenos de Marvel, esta Cazafantasmas: Más allá tiene no una, sino dos escenas postcréditos que harán sobretodo las delicias de los fans de Spengler, Venkman, y Stantz! Avisados estáis.