Después de petarlo en televisión, las reinas y su maestra de ceremonias han viajado por las principales ciudades de la geografía española: Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao… Supreme Deluxe repite papel como anfitriona del espectáculo cantando las notas de «Benvenidos al Gran Hotel…¡de las Reinas!«.
A partir de este momento y acompañada de la invitada de honor, amiga de Cristina y estrella de la serie «La Veneno», Paca La Piraña, el show contiene ácidos momentos de humor, espectáculo en mayúsculas y mucha música.
Cada reina tiene unos cinco a diez minutos de lip sync con los temas elegidos por su personalidad drag. Sobre el escenario se ve un trabajazo en las coreografías por parte de unos bailarines brutales… y alguno más guapo que el anterior, se tiene que decir.
Se nota la mano de la productora Locamente, quién lleva años sabiendo como entretener al público LGTBIQ+ y ha sabido reconvertir el show televisivo en un show en vivo mejor. Cada drag tiene una ambientación única, acorde a la performance como la sexualidad de Dovima o la energía de Carmen Farala y una animación en el wall screen y en la iluminación que solo habíamos visto en las estrellas. Se han currado el título nobiliario.
Humor y emotividad
Supreme es la protagonista del momento más tierno de cada pase, hace levantar a un espontáneo de la platea para descubrir historias sinceras y tiernas que te dejan con el corazón en la mano. En Barcelona, un chaval adolescente que había gastado sus ahorros escasos en las entradas, aprovechó para decir a su mamá, también presente, «también me gustan los chicos».
Si el entretenimiento tiene un papel social, las Reinas y este hotel es sin duda un espacio de libertad, disfrutar con los excesos y vivir sin miedo. Si, el papel del entretenimiento es entretener, pero también denunciar y en eso sabe muy bien Killer Queen en su performance y el resto de drags que a su manera reivindican el orgullo de ser drag.
¡Larga vida a las reinas!