La exposición prolongada al sol, el cloro de las piscinas, el agua del mar o la humedad a la que se expone nuestro cabello durante el verano, sumados a la dieta algo más desequilibrada que solemos llevar en el periodo estival, son factores que hacen que nuestro pelo, que normalmente necesita entre un 15% y un 17% de agua para mantenerse hidratado, tienda a resecarse, debilitarse y a mostrarse más deshidratado de lo habitual. Por ello, desde Hospital Capilar, la mayor corporación del sector capilar, explican las principales pautas a seguir para evitar las consecuencias negativas del verano en nuestro pelo, así como para evitar su caída.
“La agresión de agentes externos como los rayos UVA, el salitre y la arena del mar o el cloro de las piscinas, así como el uso de planchas y rizadores eléctricos que se vuelve más acuciante, son los responsables de que nuestro cabello se encuentre más deshidratado durante estos meses, lo que conlleva una pérdida de flexibilidad y, por ende, una rotura del mismo. Además, no seguir una dieta correcta, o factores como la edad, sobre todo a partir de los 40, pueden influir en la sequedad de nuestro pelo”, explica la doctora Mª Eugenia Segovia de la clínica Hospital Capilar.
De esta forma, los principales síntomas que muestra un cabello desnutrido son la apariencia de estar apagado y de tener una textura seca y quebradiza, sin brillo y con falta de volumen o movimiento natural, además de existir una pérdida de flexibilidad que hace que se rompa con facilidad al estirarlo, siendo más propenso a las puntas abiertas y a enredarse más.
¡Cuidado si estás teñida o teñido!
Además, está situación se agrava en pelos teñidos o decolorados, ya que estos se vuelven más sensibles a la exposición solar, pierden la defensa natural del cabello y se queman con más facilidad. La doctora Segovia subraya que “los tintes químicos provocan que nuestra melena se reseque más al modificar la capa media del pelo, donde se localiza la melanina responsable de la coloración de nuestro cabello”. Por ello, es recomendable aplicar protección solar alta antes de exponernos a jornadas prolongadas al sol, con el fin de evitar que se modifique el color o la forma del cabello.
Por otro lado, se debe prescindir, en la medida de lo posible, del uso de elementos como secadores o planchas durante esta época del año, debido a que en verano sometemos al pelo a diferentes factores agresores con mayor frecuencia y existe una mayor tendencia a romper la fibra capilar. En caso de utilizarlos, se aconseja aplicar protectores térmicos y utilizar el secador con aire templado o frío y no demasiado cerca del cabello, a unos 20 centímetros del mismo.
Para hacer frente a la sequedad capilar, se recomienda utilizar champús acordes a nuestro tipo de cuero cabelludo que no contengan sulfatos o alcohol y acondicionadores rico en aceites vegetales, así como mascarillas ultrahidratantes una vez por semana o protectores solares que protejan el pelo de los efectos nocivos de la temporada estival. Además, se aconseja masajear el cuero cabelludo al lavar el pelo, siempre con agua tibia. Asimismo, es importante seguir una dieta equilibrada y rica en grasas saludables para mantener sano e hidratado nuestro cuero cabelludo y beber unos dos litros de agua al día, aunque no se debe abusar de determinadas sustancias como la cafeína. “Durante estos meses, se deberá incorporar en nuestra dieta los frutos secos, que contribuirán a la hidratación capilar, así como los cítricos, que son antioxidantes; las semillas como el girasol, lino, sésamo o calabaza; alimentos ricos en agua como el azufre y el zinc, verduras como zanahorias, calabazas, melocotones o mango; los rábanos por sus propiedades détox y alimentos ricos en histidina como los lácteos, pescados, huevos y legumbres”, detalla la especialista de Hospital Capilar.