La séptima parte de las aventuras del detective Joona, Lazarus del dúo de autores Lars Kepler, ha llegado a las estanterías para fascinarnos con un thriller adrenalínico sobre un psicópata que asesinará uno a uno los más infames delincuentes de Europa mientras atemoriza al resto de la población.
¿Cómo afrontáis del reto de poder darle continuidad a este personaje con una nueva parte más dura y violenta?
¡Buena pregunta! Creo que seguimos siendo muy curiosos acerca de nuestros personajes principales. Nos parece una serie muy rica con personajes con muchas capas y el hecho de escribir es sentir la pasión. Sentimos verdadera pasión por el Thriller, por la novela negra. Esa pasión permanece y nos encanta y seguir escribiendo historias.
Cuando tenemos una nueva idea simplemente seguimos adelante, no pensamos si va a ser más violenta que el libro anterior.
Vuestra literatura son viajes al lado más oscuro de la sociedad, al infierno, ¿tras doce años aún quedan lugares inexorables?
Lazarus es una historia negra, pero seguimos pensando que escribimos historias optimistas, porque empieza con acontecimientos espantosos, pero también tienes héroes que nunca se rinden. Se pasan un poco del caos al orden en nuestras novelas. De la injusticia a la justicia y nos preocupamos de nuestros propios miedos, por tanto intentamos gestionar nuestros propios miedos a través de las historias y así nos sentimos un poco mejor.
De hecho, como escritores sentimos que tenemos un contrato con los lectores, es decir, nos gusta pensar que al final todo irá bien, no todo lo bien que quisiéramos, pero en fin, no son idílicas, pero son historias que acaban bastante bien.
Esa pasión permanece y nos encanta y seguir escribiendo historias
Hablemos de los personajes, porque a pesar de la rapidez en que suceden los acontecimientos, habéis tratado con mucho mimo la personalidad de cada uno, ¿cómo lo hacéis?
Para nosotros es muy importante que cada personaje tenga una vida clara y creo que tiene que ver con la lealtad y la empatía. Nosotros no escribimos estos libros porque nos guste la violencia, de hecho la odiamos y somos leales con todas las víctimas. Queremos mostrar que no es simplemente una mujer rubia asesinada en una avenida, sino que este personaje es un ser humano con familia y con sus relaciones y eso es lo que hace que la tragedia sea mucho mayor. Por tanto la empatía es clave.
Los personajes y las historias se entrelazan unos con otros, es muy difícil separar el personaje de la historia y analizarlos al margen sin pensar en cómo son cuando esto ocurre o como reaccionan.
Nosotros siempre decimos que en realidad tenemos un argumento, pero el argumento es importante en la medida que los personajes tienen corazón. Es decir, tan importante es ese buen argumento como los personajes, pero lo son más. Con Lazarus yo tenía pesadillas cada noche y hay partes del libro que no puedo leer sin empezar a llorar, pero no diré spoilers.
Si es algo psicológico es algo fácil de entender, es como un puzzle
¿Cómo lo hacéis para empatizar con el macabro asesino o es que todos tenemos una parte oscura en el interior?
Yo creo que como escritor tienes la necesidad y la obligación de dar vida a cada personaje y darle la lógica interna de ese personaje aunque sea un asesino. Un asesino que para él, digamos que su lógica es matar en ese momento y puesto que ser un asesino en serie es un trastorno psicológico, cuando has utilizado el término el criterio básico será el de seguir esa necesidad urgente de matar, matar y seguir matando.
Si es algo psicológico es algo fácil de entender, es como un puzzle que vas resolviendo con piezas que vas montando y es un proceso muy interesante como decías efectivamente, cada uno tenemos algo oscuro o muy oscuro dentro de nosotros, pero no todo tenemos un asesino en serie dentro de nosotros (ríe).
Para nosotros asesinar es una decisión, pero para otras personas es una pulsión, una necesidad interna. Alguien que ha experimentado hechos dramáticos, pero no se convierten en asesinos y otros sí y nosotros exploramos estos aspectos distintos.
También imaginar estos aspectos tan oscuros lo utilizamos sobre nuestras pesadillas, pavores y miedos. Las historias que conocemos y hacemos con muchísima investigación. Es decir, leemos mucho sobre asesinos en serie, hablamos con expertos, psicólogos, psiquiatras, con oficiales de policía, por tanto hacemos esta investigación a la que sumamos nuestra imaginación, lo que conforman los ingredientes del pastel.
¿Me gustaría saber si el clima de sus novelas juega un papel para la temperatura de sus obras?
Si pudiéramos ver hacia fuera hace sol, pero la temperatura es de bajo cero, eso es bastante deprimente (ríe).
El tiempo, el frío, la nieve, la oscuridad forma parte de nuestra historia y de nuestra vida real y para nosotros es el entorno natural que nos permite construir historias, es decir la oscuridad y la nieve forma parte de las historias de nuestra vida, en algunas partes algo de luz por eso (ríe). Pero vivimos prácticamente en el Polo Norte y cuando brilla el sol tenemos la sensación de que Dios nos acompaña.
¿Cuál es el principal miedo que tenéis?
Sobre los temores y miedos te diré que el miedo nos acompaña cuando escribimos, pero lo que escribimos no es nuestro miedo real. Para mí lo que me da más miedo es lo que la gente puede hacer en el mundo real y aparece en los periódicos.
¿Cómo es el proceso de escritura que realizáis a cuatro manos?
Me gustaría hablar más de los personajes, poner una puerta de entrada al sentido psicológicos de los personajes, porque no nos gusta definir al asesino como un monstruo porque pierde esa complejidad que le define, lo que deja de ser este personaje tan atractivo.
Por eso Joona lo ve y puede sentir el miedo y la desesperación, además de las opciones que ha ido eligiendo a lo largo de la vida.
El proceso de escritura se ha ido haciendo libro a libro de una forma más definido o más sencillo, porque ahora ya sabemos como trabajamos, conocemos nuestro temperamento distinto, partimos de una idea que a ambos nos convence y de ahí trabajamos el argumento que nos lleva meses. Es un proceso largo.
Perfilamos el argumento para construirlo poco a poco y redactamos notas y cartografiamos la historia hasta tener la historia perfecta. Además, realizamos la investigación para sacar todos los detalles, como hemos apuntado antes.
También hemos probado riffles para sentir lo que supone hacerlo, porque el tema de la autenticidad es muy importante, los thrillers tienen una pata en el ámbito forense real y todos los peritos para después tener la ficción para tener una autenticidad que dote al argumento.
Nos ponemos uno al lado del otro y nos vamos enviando por mail nuestros textos constantemente. Por ejemplo, hago un diálogo, ella lo revisa, me lo vuelve a enviar y vamos trabajando en los rostros de los personajes y hasta que perdemos el control y descuidamos saber qué ha hecho quién.
El proceso de escritura se ha ido haciendo libro a libro de una forma más definido o más sencillo
Todo cambia a lo largo del proceso, es un sentimiento extraño y trabajando tanto y va mejorando cada día y cada uno va ejerciendo presión, así que es un proceso que disfrutamos mucho porque escribir es un trabajo muy solitario así que estamos muy felices de hacer en esta especie de jazz sesión juntos.
¿Se puede sacar más historia después de Lazarus, va a haber una adaptación cinematográfica?
Si podemos escribir aún más oscuro no lo sabemos, igual no nos corresponde a nosotros decidirlo. Sabemos que Lazaros es muy oscuro y una novela muy negra y ese clímax de lucha muy intensa, pero siempre hay más oscuridad, pero también hay luz.
Hace un año en un encuentro en Barcelona vinisteis de un viaje a Hollywood, ¿Se sabe ya si ha habido frutos de ese viaje?
Hollywood ya sabes cómo va, la pandemia en el que todo lo ha parado y no sabemos qué ocurrirá. Además, ahora mismo las productoras está congelado, así que no sabemos. Parecía que iba a haber una cooperación muy buena con una empresa, pero pensamos que pase lo que pase con esa parte nos vamos a sentir contentos porque tenemos trabajo. Hemos podido seguir trabajando, hemos tenido tanta suerte durante esta pandemia.
¿En alguna obra vuestra cabría la posibilidad de incorporar un virus más malvado que este?
En estos momentos es una sensación tan triste que no queremos ni oír hablar de ningún virus. Es una sensación tan deprimente, demasiado sufrimiento, es difícil encontrar el optimismo en un virus, porque tiene que haber al menos una salida.
Para el lector hay que luchar mucho, pero tiene que haber una salida, quién sabe, nadie puede decir nunca jamás, pero creo que necesitamos una cierta distancia.
Lo que hacemos es una colaboración constante es difícil parar
Retomando a la idea que trabajáis codo con codo en la misma habitación, ¿cómo podéis parar y descansar, se puede?
Una manera natural y familiar de decir basta es por ejemplo, cuando toca la hora de ponerse a cenar en el que ya es un punto final del día, pero a veces nos ponemos a hablar de la historia a veces mientras cocinamos. Nuestras hijas que ya son mayores no se asustan con estas historias, antes sí que teníamos que parar cuando eran más pequeñas, porque hablar de asesinatos no era muy aconsejable para menores (Ríe).
Lo que hacemos es una colaboración constante es difícil parar, dedicamos tiempo delante del ordenador lado a lado en esta burbuja extraña en la que convivimos.
Os falta responder, ¿se puede parar de trabajar?
Depende, hay veces que hay una secuencia que nos lleva un mes de escritura y por supuesto debes parar para dormir. También hay veces que tienes tanta hambre que tienes que parar, porque no te deja concentrarte.
Cuando estás tan dentro de la historia y te desvelas a media noche pensando en qué va a ocurrir y piensas “mañana tengo que recordar esto y lo otro”. Lo que quiero decir es que en cierto modo nunca paras, pero evidentemente debes ir parando sobre todo cuando estamos a punto de acabar el libro.
Hay un dicho sueco que dice que cuando los caballos se están acercando al establo es cuando empiezan a correr y eso nos pasa también a nosotros, cuando sentimos que se termina la novela nos damos prisa para terminar porque queremos acabarla y cuando terminas el libro recogemos todo y es bastante terapéutico para nosotros.
¿De los dos quién es el que más manda?
Como decíamos, construimos juntos las historias, pero a veces nos sorprendemos el uno al otro cuando escribimos una escena y no pensábamos que iba a morir aquí, porque a pesar de que la historia está planificada, a veces los personajes hacen lo que les da la gana y no lo que teníamos previsto para ellos.