Portada de Voy a quedarme en el que se muestran dos chicos con una tierna mirada detalle
Fotografía de Dario Cavero (@dario.cavero), Alex Peñas (@alexpg2) e Isma O'Sullivan (@_osullivan_)

Capítulo 6 – Álex

La cafetería de la que me ha hablado está realmente cerca; no he tenido que caminar más de dos minutos. El olor a café invade mis fosas nasales mientras dos chicos se hacen a un lado mientras entro. El suelo es beige, que contrasta con los sofás y sillas de color morado junto a mesas tan negras como el ónice. Todo como una combinación de los estilos bohemio y moderno. Los empleados visten entre morado y negro también. He de admitir que el sitio no está mal.

No tardo en localizar a Dídac, sentado en una mesa pegada a uno de los ventanales. ¿Cómo no le habré visto antes? Él se levanta para saludarme en cuanto me acerco más. No cruzamos más que unas pocas palabras antes de que me presente a Gadreel. Intercambiamos unas pocas palabras, y en seguida me tiene ganado. Tener su contacto me puede venir de perlas cuando la gente quiera noticias nuevas de las fantásticas producciones de Álex Mora el día de mañana.

Me dirijo hacia la barra, en la que solo se encuentra un chico. Puedo ver un poco del pelo castaño bajo la gorra antes de que se dé la vuelta. Sus ojos son raros, como si no pudieran decidirse entre el marrón o el verde. Y es pequeño; diría que le saco una cabeza o dos. Aunque me da la bienvenida al local y atiende mi pedido, sospecho que le pongo nervioso. Y eso me gusta. Ni siquiera he empezado mi camino profesional, y ya dejo huella en la gente.

Antes de que empiece a preparar mi pedido, leo el nombre que aparece en su placa: Saúl. No sé por qué me suena de algo ese nombre, aunque seguramente sea por el policía y piragüista olímpico. Pero creo que a este chico le he visto yo antes en algún sitio. Dónde, eso ya no lo sé.