Y así ha sido. Esos dos chicos han pedido dos sándwiches de pollo y dos refrescos para llevar, y he empezado a limpiar la barra en cuanto se han marchado. Luna, nuestros compañeros y yo hemos terminado todo a falta de cinco minutos para que se acabase nuestro turno. Mientras me cambiaba en el vestuario, solo pensaba en la mala suerte que había tenido al volver a encontrarme con Álex. O Mora. O como narices quisiera llamarse. Estaba tan obcecado en eso que me olvidé de mirar a Gonzalo quitándose el uniforme.
Al salir a la calle, pensé que hablar con Luna y los demás me iba a calmar. Pero ese deseo se fue al garete al verle a él, riéndose mientras se mordía la lengua y achantaba a Dídac. Gadreel negaba con la cabeza, aunque la veía tan divertida como los dos chicos. Ahora los cinco caminamos en dirección al metro, con Mora a mi derecha. En momentos como este, me gustaría teletransportarme. De hecho, hacerlo me ahorraría bastante dinero que gasto en las tarjetas de transporte.
Intento no fijarme en Mora, que se encuentra a mi lado, pero él quiere darme conversación y explicarme que también estudia en la facultad de Ciencias de la Comunicación. El último curso, como Dídac; y quiere convertirse en director.
—Yo he elegido la carrera para convertirme en guionista —admito en cuanto me pregunta por qué elegí estudiar Comunicación Audiovisual—. Me gustaría trabajar para alguna productora; ya sabes, haciendo series o películas.
—No está mal. ¿Y sabes escribir?
—No habría entrado en la universidad si no supiera, ¿no crees?