Esta cinta protagonizada por Susana Abaitua y Álvaro Cervantes es una muestra clara de como la comedia española puede escapar de un humor casposo para adentrase en un mundo de valores morales que sirven para extender un mensaje claro: Una enfermedad mental no puede ser un tema tabú.
Golpes de realidad en cada momento
El espacio principal donde toma lugar casi la totalidad de la película es un centro de internamiento psiquiátrico en el que residen personas que sufren trastornos psicológicos. El personaje de Adri, se interna voluntariamente para encontrar a Carla, una misteriosa chica de la que se enamora en una loche de desenfreno y que acaba siendo una fugada del centro.
En el momento del ingreso del protagonista no paran de sucederse ejemplos de la dureza del día a día de los internos. Vemos desde un esquizofrénico que finge ser médico cuando su hija va a verlo para ocultarle la realidad, hasta una diagnosticada con síndrome de Tourette que podría hacer vida normal pero prefiere vivir encerrada a soportar las risas de hasta la última persona que se cruza por la calle.
Una frase de taza no es la solución
Adri se presenta convencido de poder ayudar a Carla en su enfermedad. Querer es poder es uno de los mantras que le repite en alusión a la lucha contra su trastorno. Sin embargo (y no queremos hacer spoiler) el argumento de la película nos acaba enseñando que solo hay una manera de atajar estos problemas: Los profesionales psicológicos.
Para el resto de internos, la necesidad de cumplir con lo que a primera vista se considera “normal” provoca una fracaso que les frustra. Sin embargo, esta obra audiovisual nos sigue dando grandes ejemplos de como tratar a aquellos que debido a sus circustancias, simplemente funcionan de forma diferente. Aceptación, empatía y paciencia.
Sin duda, este es el camino
Se agradece ver este tipo de ficciones al pie del cañon en tiempos donde la salud mental es un tema que desgraciadamente, está muy presente en el día a día. La mezcla de comedia con un mensaje potente y necesario, hace de “Loco por ella” un producto que sirve tanto para concienciación social, como para ofrecer al espectador un espacio para reir y disfrutar.
Se puede hacer comedia aportanto al progreso y esta obra es un gran ejemplo de ello. “Loco por ella” busca la normalización de la presencia de enfermedades mentales en nuestra sociedad y le da la importacia que merecen a los profesionales que luchan por mejorar la vida de sus pacientes.