Portada de Voy a quedarme en el que se muestran dos chicos con una tierna mirada detalle
Fotografía de Dario Cavero (@dario.cavero), Alex Peñas (@alexpg2) e Isma O'Sullivan (@_osullivan_)

Capítulo 1 – Saúl

Yo recojo las cosas a toda prisa y, en cuanto recuerdo que le he prestado un boli a mi compañera, estoy a punto de maldecir por haberla perdido la pista. Pero eso no ocurre porque ella está sentada en su sitio todavía, mirándome fijamente. No tarda en devolverme mi bolígrafo, que termino cogiendo y guardando de nuevo en la mochila. Ella ni siquiera se ha movido; supongo que esperará que le diga algo.

—Ya pensaba que lo habría perdido para el resto del curso —respondo, con más sinceridad de la que me gusta. Pero eso parece hacerle gracia.

—Ya robé muchos bolis en el pasado. Tengo que cambiar los hábitos. —Eso me hizo reír—. ¡Menuda sorpresa!

—¿El qué?

—Que sabes reírte. Pensaba que eres de esas personas tan serias que no se perturban por nada.

—Engaño —­me atrevo a decir, consiguiendo que mi compañera se ría de nuevo. Ambos nos levantamos y salimos de clase.

—¿Qué te toca ahora? —me pregunta interesada.

—Historia de la Comunicación. ¿Y a ti?

—Ir a la biblioteca, que está algo lejos. —Se muerde el labio, medio divertida—. ¿Te parece bien que te acompañe hasta la clase, nos damos el WhatsApp y así vamos hablando para hacer el trabajo?

Asiento como contestación, aunque estoy confuso. ¿Va a la biblioteca en vez de ir a otra clase, o a la mía? Es raro. De camino, saco el móvil y tecleo los dígitos que me dicta. Yo hago lo mismo cuando ella saca el suyo, y nos saludamos por la aplicación. En su foto de perfil aparece con el chico con el que se estaba enrollando antes. Andamos un rato más juntos hasta que nos detenemos frente al aula donde impartiré Historia de la Comunicación. Nos despedimos con la promesa de seguir hablando para concretar cuándo nos pondremos a hacer el trabajo.

No pierdo el tiempo y entro en clase justo a tiempo. El resto de la jornada lo paso tranquilo, entre apuntes y hablar con otros compañeros para otro trabajo que ha puesto la profesora de Historia de la Comunicación. Y, aunque aún no he llegado a vislumbrar u oír ningún concepto o temática sobre la creación de guiones, yo estoy como loco porque ocurra. Si he querido estudiar el grado de Comunicación Audiovisual es, sobre todo, porque quiero convertirme en guionista de cine y series.

Sé que puedo conseguirlo; solo debo esforzarme al doscientos por ciento y demostrar que tengo talento.