Después de una exitosa primera temporada, los showrunners Bryan Fuller y Michael Green se marcharon, seguidos por los actores Kristin Chenoweth (Pascua) y Gillian Anderson. En febrero de 2018, se anunció a Jesse Alexander y al autor de la serie original Neil Gaiman como los nuevos co-showrunners para la segunda temporada, aunque Alexander fue eliminado en septiembre de 2018.
La temporada 3 ahora trae al nuevo showrunner Charles “Chic” Eglee (Dexter) quien ha tenido que trabajar con una gran rotación en el elenco del show: New Media (Kahyun Kim), el Djinn (Mousa Kraish), Mad Sweeney (Pablo Schreiber), y el Sr. Nancy (Orlando Jones) se bajaron del barco por distintos motivos, no sin polémica en alguno de los casos.
Esta nueva temporada se estrenó el pasado día 11 de Enero y aunque las cosas han estado muy agitadas entre las bambalinas de los dioses americanos, el protagonista, Sombra, busca la normalidad en su vida. El personaje encarnado por Ricky Whittle parece una persona totalmente distinta.
Por su parte, el Sr. Wednesday (Ian McShane) continúa empeñado en buscar dioses para su ejército junto a su nueva mano derecha Cordelia (Ashley Reyes), no sin antes hacer uso de sus tejemanejes con el objetivo de recibir el perdón de Sombra. La que cuenta con la subtrama más llamativa es Laura Moon (Emily Browning), que se ve arrastrada hacia un lugar muy lejano en donde debe perdonarse a sí misma. Chico Tecnológico (Bruce Langley) y Bilquis (Yetide Badaki) también han visto ampliada su presencia y sus historias dan pie a algunas alianzas inesperadas.
Para una servidora, la serie se ve muy afectada por los cambios ya desde la temporada dos, y parece que quiere remontar, aunque se queda a medio camino. Sin duda la adaptación de esta novela merece todo el esfuerzo y dedicación, pero ¿a cualquier precio? Seguramente en cualquier otra plataforma ya la hubiesen cancelado y habrían dejado al público con ganas de más, como ha ocurrido con otros shows.
Han estirado la trama como un chicle y los episodios están llenos de minutos vacíos que nada me aportaron. Una verdadera lástima, aunque el trabajo visual e interpretativo son tan buenos, que sirven como excusa perfecta para seguirla y ver si realmente Gaiman nos lleva al final que nos mostró en su novela.