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Andrés Pascual: “Escribir, al igual que vivir, es un deporte de equipo”

Fotografías de Cristina Benito

El escritor Andrés Pascual está de promoción de su nueva obra El Beso del Ángel, una fascinante historia cuya trama puede atrapar al lector menos ensayado. Dónde la rojez del vino se mezcla con la sangre de un asesinato rápidamente señalado sobre el hermano de la protagonista, Camino, que deberá darse prisa para limpiar el nombre de su familia.


Tenemos que hablar de la adrenalina que me ha tenido en vilo desde el comienzo de la novela hasta llegar al final. Supongo que tú habrás vivido aún más intensamente ese ritmo frenético de la trama.

No cabe duda que mientras redactas un texto trepidante el corazón te palpita como si fueras un lector leyendo un thriller ajeno. Y me alegro mucho de que a ti también te haya atrapado y hayas experimentando en primera persona lo que vive la protagonista.

Escribir una novela como esta, mezcla de thriller y de novela negra, es muy divertido, pero también es complejo. Requiere muchos meses de trabajo, dado que es un género creado para entretener y tiene que tener los elementos necesarios para que, al mismo tiempo, todo fluya y sorprenda. Es una especie de puzzle interminable de cuatrocientas páginas en el que todo tiene que casar a la perfección.

Cuando escribes un texto trepidante lo vives como si fueras un lector leyendo un thriller ajeno

Sobre el tiempo te quería preguntar, porque en cada elemento se ve un trabajo de investigación titánico. ¿Cuánto tiempo has invertido en elaborarla?

Desde el primer día, alrededor de un año. Aproximadamente ocho meses para redactarla, además del trabajo previo para crear el esquema global. Soy un escritor de mapa y brújula al cincuenta por ciento.

Primero preparo un guión principal con la columna vertebral del libro, el cual me marca el tono y el ritmo narrativo, por decirlo en términos musicales. Y cuando culmino esta parte cojo la brújula y me lanzo a la aventura.

Hay muchísimas ventanas tan inesperadas como fascinantes que se van abriendo a lo largo del camino de la redacción. Tanto los personajes como la trama van creciendo cada día que me siento a escribir.

La máscara social que se pone para aparentar que todo va bien hace que crezca la sombra que tiene en su interior

Fotografías de Cristina Benito

Mencionas que vertebras primero la historia. ¿Con eso quieres decir que lo primero que tenías en mente era el crimen y el autor, o aquello con lo que ibas a sustentar la historia?

Ambas cosas, tenía claro cuál iba a ser el escenario, no solo físico y geográfico, sino también el universo personal de emociones y pasiones en el que se iban a mover los personajes.

Más allá de la trama, los conflictos interiores de los personajes son importantísimos en una novela. Como le ocurre a Camino, la protagonista de El beso del ángel, que se siente presa en su propio paraíso, un Logroño que, como muchas capitales de provincia, es una ciudad cómoda en la que tienes todo al alcance de la mano, pero que al mismo tiempo puede someterte a un control muy estricto porque todo el mundo se conoce. Camino siente que tiene que estar tan a la altura de los demás que no tiene energía para estar a la altura de sí misma.

La máscara social que se pone para aparentar que todo va bien hace que crezca la sombra que tiene en su interior. Unos conflictos que debe resolver mientras arregla el drama del asesinato que ocurre fuera.

En un punto de la narración introduces un debate sobre cómo la prensa puede aprovechar los episodios dramáticos para generar morbo…

Me parecía interesante, sobre todo para momentos como en el que estamos atravesando, el hacer una llamada a la responsabilidad y a la profesionalidad del periodismo.

Los redactores han de contar las cosas con la debida profundidad pero sin tratar de generar una tendencia u otra en el lector. Ha de ser cada lector quien valore la información que le llega, y más aún en un mundo interconectado en el que estamos ahora.

Esto lo llevé al extremo con el personaje de Camino, una periodista que escribe acerca de la búsqueda policial de su propio hermano, presunto autor de un crimen bestial.

La realidad nos ofrece mucho más thriller del que podemos imaginar los autores

En El Beso del Ángel aparecen pequeñas historias que son presentadas como realidades, ¿lo son, ciertamente?

Por supuesto, la realidad a veces nos ofrece mucho más thriller del que podemos imaginar los autores. En el momento que te pones a indagar en cualquier tema encuentras historias apasionantes que pueden incorporarse en novelas de ficción.

Hablemos de los símbolos que aparecen en la novela, porque creo que en esta trama tienen un gran poder visual y recrean las emociones de Camino. Por ejemplo el Spa con paredes de espejo, el cuadro de las espadachinas… ¿Cómo llegaste a unirlos y qué representan?

En este caso si que ha sido algo premeditado, porque considero que en el universo que creo para cada novela todo tiene que tener sentido, su porqué y su para qué. Nada puede estar ahí porque sí. Cada frase, o más bien cada palabra, ha de aportar algo a la trama o a los personajes.

Por ejemplo, el haber ideado un hotel boutique con paredes de espejo me servía para que, cuando llega la protagonista, se pusiera frente a él y temiera no ver nada reflejado, dado que toda su vida es una gran mentira. Efectivamente, me sirvo de elementos físicos para crear metáforas conceptuales.

Todas las alusiones que se hacen al vino son ciertas

Fotografías de Cristina Benito

Llegados a este punto necesito saber si la curiosidad de la redecilla de los vinos de La Rioja es real.

Completamente, todas las alusiones que se hacen al vino son ciertas. En el caso de las redecillas de metal que cubrían las botellas, se utilizaban para certificar su denominación de origen. También es cierta la historia de los noventa militares que se ahogaron mientras cruzaban con la barcaza, al tiempo que escuchaban la banda de música. Todo lo que hay en el libro que no sea puramente la trama del thriller es real.

Te sorprendería ver hasta qué punto todos los detalles son reales. Hay un momento del libro en el que Camino se encuentra en la plaza del mercado donde se encuentra la Catedral de Logroño y menciona que cien años antes la cruzó un funambulista que cruzó la plaza sobre un cable… Pues esto también es completamente cierto, al igual que cuando dice que ese tipo después cruzó el Niágara sobre otro cable y a mitad de camino se sentó en una silla y se comió una tortilla.

¿Te identificas con algún personaje?

Ningún personaje eres tú enteramente, más bien todos los personajes tienen algo de ti. Para unos te sirves de unas emociones y vivencias propias y, para otros, de otras diferentes.

¿Quién es realmente el protagonista de la historia, Claudio o Lucas?

Claudio, el padre de Camino, es un personaje importante a pesar de estar postrado en una silla, del mismo modo que a mí me parece igual de importante Conchita -la madre-. Es un personaje discreto que se muestra en segundo plano, pero sobre ella pivotan todos los conflictos de la novela: su frustración por haberlo tenido todo y haberlo perdido, mientras seguía aparentando que todo iba bien; los celos y el odio a quién quiso antes su marido; el castigarse a sí misma por lo que había hecho y que jamás llega a perdonarse.

Es un personaje aparentemente secundario, pero que para mí es el pilar fundamental de muchos los nudos de la trama, como suele ocurrir en las familias reales.

¿Hasta qué punto es complicado redactar saltos de tiempo tan abismales como los de El Beso del Ángel, desde 35 años antes hasta la época contemporánea?

Es una forma de componer ese puzzle que es la novela negra, una herramienta de la que me sirvo tanto para dibujar el fresco social que rodea a los personajes, como para entenderlos mejor. Al fin y al cabo, somos lo que hemos vivido y no podría entenderse las reacciones de los personajs en el tiempo presente sin conocer un poco de su pasado.

Para el personaje de Penélope, la víctima, me he inspirado en Loreto Sesma

Cuando leemos a Penélope, leemos poesía, y cuando leemos al doctor hay un diálogo lleno de tecnicismos que realmente nos lleva a pensar cómo hablaría realmente un médico. ¿Cómo se ha realizado esta tarea?

Como en tantas veces de la vida, pidiendo ayuda (Ríe). Si te fijas en las páginas de agradecimientos hay muchísima gente que me ha acompañado en este viaje, sin los cuales no sería lo mismo.

Para construir el personaje de Penélope me he inspirado en Loreto Sesma, que es una buena amiga y una grandísima poeta que me ha prestado no solo sus versos, sino también algún que otro retazo de sí misma, como el hecho de que recite sus poemas en las redes sociales con esa voz sugerente e hipnótica.

Para componer una novela de cuatrocientas páginas, tienes que echar mano de la gente a la que quieres y de expertos en diferentes materias.
Escribir, al igual que vivir, es un deporte de equipo.

El hecho de que veamos cómo evoluciona la personalidad de Darío en la trama me ha resultado fascinante. ¿Puedes explicarme cómo consigues esto?

Todos los personajes tienen un montón de capas de cebolla que tenemos que ir descubriendo hasta llegar a su esencia. Esto nos ocurre también en la vida diaria.

No podemos quedarnos con lo que percibimos a primera vista, tenemos que profundizar para encontrar aquello que convierte en única a cada persona. En realidad, nosotros mismos hemos de quitarnos nuestras propias capas añadidas para saber quiénes somos realmente.

Me gusta partir de estereotipos y someterles a un viaje durant el cual comienzan a mostrar esa identidad única, a veces adorable y otras veces tenebrosa.

¿Camino, podría tener más aventuras?

Todos podemos tener más aventuras, con lo cual un personaje de ficción también.

Dependerá de la recepción que tenga la novela, que por cierto ha empezado fantásticamente bien aunque apenas lleva una semanita de vida. De momento vamos a dejar que disfrute de El beso del ángel y el tiempo lo dirá.

¿Qué pregunta te gustaría que te hicieran en una entrevista?

La pregunta sería “¿Cómo te sientes después de haber vendido diez millones de ejemplares de la novela?“; y la respuesta sería: “Espero decírtelo muy pronto”.

Hola, soy Man Hoh Tang, el director de la Revista YOUNG España. He sido presentador de televisión en FibracatTV, director en la radio Ona de Sants-Montjuic y he presentado al menos cinco programas de radio. Ahora, además, tengo un podcast.

La nueva novela del director de YOUNG, Man Hoh Tang, “Dime algo para quedarme” ya está disponible en Wattpad
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