Para María Sirvent diez años le han bastado para escribir esta divertida novela de ficción llena de ironía y sueños rotos llamado Los Años Impares. La trama va desmenuzando pequeñas historias de varios personajes de un linaje familiar y su desarrollo en una trama de personajes que lejos de rendirse deciden levantarse y perseguir sus sueños, cumplir sus metas y replantearse qué es la felicidad.
Si decides apostar por esta novela te recomendamos dos cosas: no esperes una lectura lineal, pues María va dando saltos entre personajes, épocas y tramas dentro del mismo capítulo; y dos, vale la pena disfrutarla, todo un descubrimiento.
Me ha parecido que es una novela de personas luchadoras…
A mí me cuesta mucho trabajo describir de qué va la novela, por eso yo… Yo no diría que es una novela optimista, pero tampoco deja un poso chungo. Creo que los personajes tiran adelante como hacemos todos.
Pero podías haber hecho una novela dramática por completo…
No he sido muy mala, ya tienen suficiente.
No he acabado de entender la muerte del padre de Vicente en la novela, no se detalla la causa del crimen.
Son esas cosas que suceden en los pueblos que te cuentan las cosas sin dar todos los detalles y que te dejan a medias. Aunque no se si te has fijado que más adelante la motivación del crimen si lo mencionan, esa es la intención que fuera lo más auténtica para los personajes que son. ¿Te ha gustado la novela?
Mucho, me ha parecido una novela ágil, con muchos personajes…
Es que me aburro en seguida cuando me empiezan a cansar, me gusta escribir así con mucha agilidad a pesar de estar muy corregida (Ríe). No la he escrito del tirón esta historia.
¿Ah, no?
Me he pasado diez años para escribirla.
Para haberle dedicado diez años si ordenas las historias que das son realmente pinzeladas cortas de cada personaje.
Pero no llegaríamos al mismo punto. No la he montado, sino que está escrita tal cual se hizo, de tal forma que avanzas o retrocedes para añadir vivencias previas a un personaje sobre su vida aunque eso ha sido porque tampoco tenía muy claro qué iba a escribir. Es una forma de que el lector se lo vaya encontrando poco a poco.
Hay un concepto que los unen a todos los personajes y es que no se rinden a pesar de las dificultades que se enfrentan cada uno a sus fantasmas personales. Me refiero a Adela que iba a tener una carrera musical como Carla y su padre se opuso.
Creo que Adela es la que tiene la historia más triste de toda la novela porque nadie la quiere. Paca la llama por su nombre y no acepta su nombre artístico.
Muchas mujeres de pueblo han pasado por momentos similares, eran aspiraciones – y los de todos los personajes- que no corresponden con lo que se esperan por el contexto del pueblo. Una quiere ser cantante, otra dar la vuelta al mundo, pero son aspiraciones que por el lugar en el que provienen son inalcanzables.
Les limita a dónde van a llegar y más la clase social de la que provienes.
El lugar donde han nacido les supone un problema para alcanzar sus metas
¿Cómo la has conseguido hacerla tan realista?
La generación de la que se inspira Manolo Dorado es una generación que tras la llegada del tractor y la migración de personas del campo a las ciudades incentivó que se trasladaran para mantener a su familia. No tenían anhelos de realización profesional como lo tiene la generación del personaje de Nieves de ser cantante para ser famosa y hacer algo que le guste mucho. Manolo no buscaba eso, buscaba lo que en ese momento tenía que hacer.
Yo he vivido siempre en pueblos, hasta los veinte años no cogí nunca un metro ni un avión. He vivido en ciudades como Madrid, Barcelona o Dublín, pero no me he considerado jamás de ciudad, la ciudad es el lugar donde yo estoy no de como me siento.
Las historias de mi familia son historias del pueblo, de gente pobre. No tengamos ningún miedo a decirlo pobre. Mi abuela servía casas, pobre, no de morirse de hambre, pero de la clase social esta. Entonces son historias que he podido oír, podían haber sido historias de mí familia las que hay pero no lo son pero podría serlo perfectamente mi familia, me he basado en historias que he escuchado y me he inventado para crear esta novela.
¿Por qué Mallorca?
Porque viví un tiempo en Mallorca y una vez me sirvió un café un camarero llamado Manolo en una cafetería y todo empezó así. Un señor llamado Manolo me sirvió un café en un hotel muy cutre, tenia 60 años con acento extremeño. Esa noche escribí “Manolo tiene bigote, barriga, chaleco de camarero y un montón de años“, escribí el primer párrafo y lo dejé.
Y no volví a verlo jamás, pero después escribí a Nieves y los quería alternar a estos dos personajes, luego empecé a escribir la familia de los dos. Creo que los más protagonistas son Manolo, Paca y Nieves, tres generaciones diferentes. Todos completan ese rompecabezas.
En diez años, ¿Cuantas historias has dejado fuera de la edición final del libro?
Mira, hay mucho más escrito mucho más de lo que ves ahí. He estado corregido un montón y he borrado más que nada.
¿Nos podías contar alguna escena eliminada de este libro que no haya sido incluido?
Pues mira, ¿Sabes que había todo un capítulo entero dedicado a Howard? Y lo borré porque no hacía falta, era un personaje que me parecía interesante y empecé a escribir como este personaje era en Manchester.
Ese capítulo comenzaba con él en Manchester yendo con sus hermanos a tomar unas cervezas en un bar lleno de australianas. Y quería emigrar toda su familia a Australia, pero la madre se fue. Empecé a escribir y al final lo descarté.
