Me ha gustado tu novela Cupido tiene Alas de cartón por la madurez de tu trabajo, hablas del amor de una manera profesional pues tu personaje no camina en vano en una trama sobre esta, sino que profundiza sobre ello y evoluciona sobre qué significa para Meredith el amor como concepto. ¿Cómo nace esta novela?
Meredith me vino a la mente cuando yo llego a mi mediana edad. Yo he vivido una vida de mujer, he vivido en pareja y me separé. Y todas estas cosas hacen remover muchas cosas por dentro y llegué a pensar que cuando eres pequeña te cuentan cuentos. Te haces mayor con una idea de que las historias de amor son para siempre y con una fantasía. En realidad nada de eso es real.
Así que empecé a reflexionar a partir de experimentar un fracaso entre comillas como este te dices “¿dónde me he equivocado?”. Quise un poco revisar las facetas que tiene el amor: la dependencia afectiva, el mito de las parejas fusionables, el importante camino hacia la autonomía que en mi camino ha sido largo, qué significa amar en la distancia justa, tener un autoestima adecuada… es decir, qué hace que puedas querer bien en una relación armoniosa y que alimente a la pareja.
Raphaëlle Giordano, ¿Crees que Meredith es el ejemplo para vernos reflejados en ella y inspirarnos para solucionar nuestros asuntos personales en las relaciones afectivas?
Esta novela es un cuento y yo uso a Meredith para imaginar un love tour, una gira por el mundo para llegar a la conclusión que lo que tenía que hacer era cultivar su jardín (Ríe). Y Meredith al principio de la historia tiene la sensación que es un borrador de sí misma por eso no se siente a la altura de su historia de amor y tiene la impresión que eso sin duda va a terminar en fracaso.
Y como es un cuento, ella decide hacer algo que nadie haría en la realidad, ella se autoriza a hacer esta gira,
¿Crees que las parejas deberían imitar la decisión de tu protagonista y tomarse un respiro?
En la novela estrictamente Meredith tiene ese punto de locura, porque ella es una artista, una monologuista y hace un gesto propio de una novela. Es decir, asume el riesgo de perderle para encontrarle mejor más adelante y claro, eso es una novela. En la vida real uno no hace estas cosas.
En el caso de la pareja, la idea es andar y para hacerlo necesariamente no puede hacerse en solitario, pero lo que es cierto es que la idea de fondo es que si ninguno de los dos no hace ese camino personal pues… las cifras están ahí… algo no funcionará. No es fácil para una pareja que esté bien, imagínate.
Si cada uno hace lo que está en su mano para estar lo mejor posible para sí mismo, cuando la pareja se encuentra y ambos son personas realizadas, pues evidentemente la historia de amor no es idéntica que dos personas que no han hecho ese camino personal y arrastran inseguridades o no han desarrollado esa madurez.
¿Qué hay de biográfico en esta novela que hayas proyectado en estos personajes?
A ver, hay un poco de mí en cada personaje, no se trata de mi vida personal. Pero lo que es evidente para mí es que todos somos el resultado de mi historia, entonces tengo la impresión de que todos somos unos grandes vividos de la vida. Entonces, no sé quién puede decir que no tiene una cicatriz de infancia ahí suelta. ¿Quién puede decir que nunca ha tenido dudas, crisis?
Entonces, para mí, fue inventarme una problemática familiar que no es la mía. He tenido problemáticas propias, las he tenido. Y lo que yo he sentido con estas problemáticas familiares enlazadas es que hay bastantes mujeres sobretodo que tienen esa falta de confianza personal y a lo largo de mi carrera profesional me he encontrado con mujeres absolutamente estupendísimas, hombres también, ya pesar de eso tenían falta de confianza.
Creo que eso son herencias de la infancia, el síndrome del patito feo. El sentimiento de haber sentido que has decepcionado a alguien.
Mi voluntad era aprovechar la existencia de varios protagonistas que al igual que una cámara, puedes enfocar diferentes ángulos de una misma historia
También es una novela que el papel de la mujer es de heroína, porque si Meredith representa los conflictos personales e intangibles, Rose es una mujer que lucha con un conflicto real como es una familia que no existe. ¿Es así?
Mi voluntad era aprovechar la existencia de varios protagonistas que al igual que una cámara, puedes enfocar diferentes ángulos de una misma historia para arrojar luz sobre diferentes temas relacionados sobre el amor.
Como apuntabas tu, Meredith me permitía abordar el amor de una manera más onírica, filosófica, filosófica, como un ensayo de filosofía; mientras que Rose tiene los pies en la tierra, la mujer de hoy, en esa lucha del dia dia y real. Ella acumula triple penas, porque es madre soltera, mestiza y además acumula precariedad laboral.
Cuando digo eso de Cupido tiene las alas de cartón me refiero que el amor es como la vida y lo que la hace de ella es que es frágil, efímera, a veces complicada y lo que nos corresponde a cada uno es hacerlo magnífico. Yo no he querido edulcorar a los personajes para decir “oh, mira qué bonito“, no.
Antoine no es nada realista
Un poco sí, Antoine está ciego de amor por Meredith. Por un momento pensaba que Antoine no iba a evolucionar en la trama, él si es un idealista. Antoine, a diferencia de todos los personajes, es un hombre realizado profesionalmente, muy seguro de sí mismo, todo lo puede conseguir con su fortuna.
Tienes razón, te voy a confesar algo. Es curioso y es divertido, porque este Antoine y por eso también es un cuento, no existe en el mundo real. Confieso que tiene un lado absolutamente utópico, es casi un guiño casi hacia las mujeres para decir “a nosotras nos gustaría ser queridas con ese hombre que te ayuda y hace cosas increíbles sin que te lo diga”. Antoine es el antiego, es una locura, no es nada realista.
Pero, una cosa que he puesto al personaje masculino es que a pesar de todo el único aspecto que se equivoca sobre Meredith es que él sigue queriendo controlar las cosas, porque él quiere ayudarla a cualquier precio, lo cual es un error bastante común, porque para ella es básico demostrar que puede salir adelante sola y sin ayuda, cosa que él no deja al azar.
En la escena del puente en la que Meredith casi cae al vacío y es salvada por el guardia de seguridad del parque, ¿Por qué aparece ese ángel de la guardia?
Cuando empecé a escribir el libro yo pedía que aparecieran personajes como muy oníricos y así ha sido que he creado muchos personajes secundarios y es verdad que el héroe ordinario… no sé, me gustaba imaginarlo como una alma perdida, em parecía una historia bonita.
Me ha gustado que cada capítulo sea anunciado como escenas y que al comienzo de esta te informe quién habla en primera persona, lo que nos une al universo artístico de Meredith. ¿Cómo lo hiciste para que cada personaje mantuviera de forma aislada a la mentalidad de otros personajes sus conocimientos sobre la trama principal?
Mucho trabajo. Es verdad que es un trabajo de la cabeza, a mí me gusta cambiar de punto de vista para llegar prácticamente para conseguir la empatía completa, ponerme en la piel de cada personaje.
Como autora es realmente es muy emocionante ponerte en la piel de un hombre, es decir, yo cambio de piel, siento sus emociones y sobretodo la parte emocional.
