Hay veces que abrir un libro es adentrarnos en mundos imposibles, fantasear sueños inalcanzados o hacer un esfuerzo para contagiarnos de algo que se llama magia, ninguno de estos casos tiene la novela de la escritora Susana Rizo. Las Vidas que te prometí es una novela de ficción que tiene un escenario tan real como que ahora respiras mientras lees estas líneas.
Una vez me dijeron que el ser humano hace esfuerzos titánicos para descubrir el universo cuando apenas conocemos las profundidades marinas. No hay que soñar en escenarios muy recargados de fantasía para disfrutar de una apasionada aventura emocional y eso Rizo sabe hacerlo.
Susana Rizo nos plantea la relación de Ingrid, una sectagenaria residente de una residencia llamado El Hogar, que recibe un grupo de alumnos de un parvulario para recapacitar el valor del presente y recuperar la esperanza de vivir. En ese grupo conocerá a Max, un muchacho de cinco años que le despertará interés por descubrir su emocionante mente soñadora, su lógica pueril sobre los acontecimientos sencillos a nuestros ojos y le unirán lazos de amistad y de admiración mutuos.
Una obra llena de humanidad
La escritora Susana Rizo sabe como crear magia sin necesitar pociones, pues la obra en sí es carismática, apasionante, dulce, tierna y redonda. Ingrid es un personaje abatido por la soledad que verá en Max el poder de recrearse y sentirse útil cuando había perdido dirección en su vida. Max es un niño que admirará de Ingrid su manera de entender el mundo y pondrá patas arribas la residencia para recordarnos, al lector incluído, que vivir es un regalo que hay que disfrutar cada día.
Esta obra que humaniza, esa es la palabra, tanto a los pequeños como a los mayores que nos rodean. Por nuestra forma de ser, vemos ambos grupos sociales dependientes y trabajamos para ocultarlos o menospreciarlos indirecta o directamente y en Las vidas que te prometí ayuda a abrir los ojos, recapacitar, reflexionar y conmoverse en una novela única y sin complicaciones. Enhorabuena.
